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Algunos emprendimientos arrancan por una necesidad clara a resolver. En otros casos, existen emprendedoras que dan su primer paso en el mundo del emprendedorismo porque algo les generó una inquietud o un poco de curiosidad. 

Para Pau de Solhé, una de las emprendedoras que formó parte de nuestra Incubadora en 2019, todo comenzó a partir de un simple interrogante. En esta quinta entrega charlamos con ella sobre sus experiencias en ese camino y el significado de cada paso dado.

*FICHA TÉCNICA*

Nombre (o cómo te guste que te llamen): Pau Prado.

De dónde sos: De Mendoza Capital.

Nombre y actividad principal de tu emprendimiento: En Solhé Carga Solar nos dedicamos a brindar soluciones a través de energía solar (térmica y fotovoltaica) para casas, industrias y eventos.

Años de vida del emprendimiento: 6 años (aunque yo me incorporé hace 2).

1. ¿Qué te motivó a emprender? 

“Primero que nada siempre me llamó la atención, sobre todo cuando entré a la facultad a estudiar Ingeniería Industrial. Como estudiantes lo primero que pensamos es en terminar trabajando en una multinacional pero después en el camino me crucé con una materia opcional que se llamaba “emprendedorismo”. Esta materia me abrió la cabeza y me hizo pensar de que había otras opciones que antes no se me hubieran ocurrido, pero aún así sentía miedo de tener que hacerlo sola, de tener que pensar ideas super elaboradas y no ser capaz, cuando en realidad a veces en las ideas más sencillas están las grandes soluciones. 

Esto fue en el año 2017, en el 2018 conozco a Nicolás, que es quien comenzó con el emprendimiento (aunque antes de ser socio, fue mi novio) y en esa oportunidad pude notar que mi interés continuaba aunque me seguía pareciendo un camino difícil. Comencé solo ayudándolo como compañera y entre una cosa y otra, terminé trabajando más oficialmente a principios del 2019.”

2. Quizás existió algún que otro día difícil ¿Qué te mantuvo enfocada? ¿Qué aprendiste de esos momentos? 

“Sí, la verdad que muchos días difíciles. Sobre todo porque cuando los avances dependen de una misma, si se presenta un problema, lo tenés que resolver. Obviamente, siempre hay equipos de trabajo que te acompañan, pero hay decisiones que tenés que tomar, que son determinantes y a veces puede ser incómodo porque en ocasiones aún estamos aprendiendo. 

Enfocada me ha mantenido la responsabilidad de buscar soluciones para esos momentos difíciles, sabiendo que eso dependía de nosotros, de los socios. Con ello aprendí que no hay que desesperarse, la he llegado a pasar bastante mal ante situaciones inesperadas, por suerte y poco a poco he ido aprendiendo a confiar en lo hacemos.”

3. ¿Cómo ves el rol de las mendocinas en el ecosistema emprendedor local? 

“Hay muchas mujeres emprendedoras y en los más diversos mercados (desde tecnología hasta gastronomía). En Mendoza se potencia cada vez más la red de emprendedoras, incluso me asombro de quienes se han animado a hacerlo solas, porque yo trabajo con un equipo de 3 o 4 personas, pero hay muchas que hacen todo en solitario.”

4. ¿Hubo otres emprendedores que te ayudaron a marcar el camino? ¿Querés contarnos quiénes? 

“Sí, sobre todo durante una experiencia PROESUS (de hecho allí conocí a DRIMCOM) en la que tuvimos la oportunidad de compartir tiempo y experiencias con emprendedores de todo el país y con gente que estaba en nuestro rubro (por ejemplo de Buenos Aires, con quienes mantenemos contacto hasta el día de hoy, nos pasamos proveedores y nos consultamos dudas). 

En esa oportunidad aprendimos mucho, pudimos sentir el compromiso y la buena voluntad de los demás emprendedores y las ganas de crear un ambiente colaborativo entre todos. Nos sentimos acompañados y hasta en deuda, por no saber cómo devolver tanta amabilidad que estábamos recibiendo.”

5. ¿Qué les dirías o cómo crees que podemos empoderar a otras mujeres para que se animen a convertir sus proyectos en ideas de negocio? 

“Que no tengan miedo. Quizás en mi caso fue fácil al inicio, porque de no haber conocido a alguien que ya había montado un emprendimiento no sabemos si me hubiese animado a dar el primer paso sola. Sin embargo hoy sé que hubiese sido capaz de hacerlo, todas tenemos esa capacidad y mucho más si se trata de proyectos o de ideas que nos gustan o que buscan hacerle un bien a nuestra comunidad.”

6. ¿Qué le dirías a la Paula anterior a Solhé? 

“Que no tenga miedo y que no dude de qué es capaz, que hoy mirando hacia atrás podemos ver todas las decisiones y toda la experiencia vivida.”

Nuestro impacto ambiental es cada vez más evidente y emprender pensando en la conservación de la biodiversidad es algo que, gracias a un gran equipo, ya se hace en Córdoba. Pumakawa significa “el que cuida con sigilo del puma”, Kai Pacha forma parte de este proyecto y a su vez es una de las emprendedoras que pasó por nuestra Incubadora de Impacto en el 2019.

En esta cuarta entrega, Kai nos cuenta su perspectiva y sus experiencias como emprendedora en el área de la conservación ambiental de especies autóctonas en la región centro de nuestro país.

Nombre (o cómo te guste que te llamen): Kai Pacha.

De dónde sos: Soy de Río Tercero, pero vivo en Villa Rumipal.

Nombre y actividad principal de tu emprendimiento: Pumakawa Reserva Natural es un espacio que recupera fauna silvestre, restaura monte y trabaja por la conservación del puma.

Años de vida del emprendimiento: 25 años.

1.¿Qué te motivó a emprender?

«Creo que me motivó el ver la cantidad de cosas que hay para cambiar y para mejorar. Cuando era chica me sentía absolutamente incómoda y descontenta con algunas cosas que sucedían en el mundo adulto y soñaba con cambiarlo. Hoy no puedo dejar de emprender porque todo el tiempo estoy creando, teniendo ideas, sacando hacia afuera lo que llevo dentro y a nada de todo eso, lo puedo dejar en papel sino que necesito accionar.

Quizás ahora no lo pienso igual que cuando era chica, ya no me enfoco tanto en el mundo, sino en cambiar yo, que ese sea mi pequeño aporte y en la medida en que cambio yo, ver cómo se desarrolla todo a mi alrededor y cómo fluyen cosas buenas, sobre todo en el área en la que trabajo que es la de conservación.»

2. Quizás existió algún que otro día difícil ¿Qué te mantuvo enfocada? ¿Qué aprendiste de esos momentos?

«Tuve varios días difíciles, porque salí muchas veces de mi zona de confort. Pasé días difíciles en la Selva Amazónica donde físicamente no daba más, estando a cargo de un grupo que se desmoronaba por el calor y el cansancio, pero sabiendo cuál era mi responsabilidad en esa situación: cuidarlos y llegar a destino sanos.

También tuve días difíciles manejando pumas que están sueltos en la ciudad pero provienen del mascotismo y hay que aprender a manejarlos. Pero para resolver estas cosas a veces todo se vuelve complejo porque hay autoridades e instituciones que no coordinan entre sí o cuando me ven llegar y ven que soy mujer y que soy chiquita de cuerpo, consideran que no seré capaz de manejar un puma. En esos momentos los hombres tienden a adoptar la postura de un cazador primitivo, yo en cambio busco conectarme con el puma y no me importa si soy yo la que lo enlazo, siempre y cuando se priorice su cuidado y nadie salga lastimado.

Han habido también días difíciles en los que un incendio se llevó el 90% de la superficie de una reserva, yo debía evacuar animales y al mismo tiempo ver y sentir cómo mi casa era devorada por las llamas.»

3. ¿Cómo ves el rol de las cordobesas en el ecosistema emprendedor local?

«Creo que tienen la fuerza de un gladiador de aquellas épocas en las que había que tener el coraje suficiente para ir a las arenas a pelear contra las fieras. La mujer en este momento es quien quiere salir a esa arena con la fuerza de un tigre o un león a pelear.

Estamos en la etapa del fin de la sumisión y si bien todo esto es nuevo, lo estamos usando y nos estamos potenciando a través de la creación (algo que vivimos todos los días desde que nos despertamos). Seguramente todos los días en el mundo, hay una mujer que tiene que inventar algo nuevo, desde cómo hacer la comida con poca plata hasta cómo decirle una noticia difícil a su hijo.»

4. ¿Hubo otres emprendedores que te ayudaron a marcar el camino? ¿Querés contarnos quiénes?

«Sí, muchísimas. Jane Goodall, por ejemplo, o mujeres como mi mamá que todo el tiempo está creando y hoy con 77 años no para. Mi pareja, que con una sensibilidad muy especial me ha dado pie para descubrir el mundo de las sutilezas y de las ideas (aunque hoy no estemos juntas). Mi hermana, que es una persona resiliente y me enseña a entender que la decisión de crear sobre lo que creemos es solo nuestra.

La verdad es que son innumerables las mujeres que han generado algo en mi, hasta me da cosa no poder nombrarlas a todas. Mujeres que han sido atravesadas por una vida desafiante y allí entra la Noe, la Yoia, la Maina o la Moni. Definitivamente emprender es muy contagioso, yo no puedo pasar al lado de alguien que emprende y permanecer igual.»

5. ¿Qué les dirías o cómo crees que podemos empoderar a otras mujeres para que se animen a convertir sus proyectos en ideas de negocio?

«Les diría que si pude, podemos todos. Me ha costado muchísimo hablar y relacionarme, sin embargo hoy tengo esa posibilidad, justamente porque todos podemos. Y si tenemos dificultades y si parecemos raras y si pertenecemos a algún tipo de minoría o nos consideramos marginadas, esa debe ser nuestra potencia. Eso debe volverse un resorte y dependerá de una, dejarlo encogido o hacerlo saltar.

Se trata de un trabajo con una misma, pidiendo ayuda a la familia y a los amigos, sin excusas y recordando siempre que no hay una imposibilidad para crear, no hay imposibilidad para cumplir los sueños, no la hay. No viene de arriba, ni es fácil pero es posible y es un trabajo de todos los días.»

6. ¿Qué le dirías a la Kai anterior a Pumakawa?

«Es una pregunta super fuerte. Yo le diría ¡gracias! por haberse mantenido en pie, a pesar de tanta desprotección en algunos momentos. Gracias por haber seguido, por haber sido fiel a lo que ella creía y no haberle dado valor a otras cosas. Por haberse seguido principalmente a sí misma, sin tener en cuenta lo esperado o las expectativas de los demás. En definitiva, gracias Kai por haberme traído hasta acá.»

Días antes del «Día Internacional de la Mujer Emprendedora» (19 de Noviembre) desde Drimcom pensábamos ¿cuál sería la mejor manera de abordarlo? Y no solo desde una perspectiva de género, sino también desde lo que las palabras, los colores y las imágenes comunican y provocan en quien lee. De alguna manera, queríamos (y queremos) que se vea y se sienta el empoderamiento que miles de mujeres, lesbianas, travestis y trans están viviendo en nuestro país.

Una de las conclusiones a las que llegamos fue medio contundente, nos dimos cuenta que un solo día no era suficiente, necesitamos más. Y lo que iba a ser de una jornada, se volvió de siete. En esta tercera entrega nos trasladamos a la provincia de Tucumán, allí conversamos con Silvina una de las emprendedoras que fue parte de la Incubadora de Impacto en el año 2019.

FICHA TÉCNICA

Nombre (o cómo te guste que te llamen): Silvina (a la gente a veces le digo que me llame Sil y mis amigues me dicen Chivi).

De dónde sos: Soy de Tucumán y ahora vivo en Yerba Buena (Tucumán).

Nombre y actividad principal de tu emprendimiento: En Gaia Productos Naturales realizamos productos de higiene personal y de uso diario que combinan la medicina ancestral con la innovación tecnológica. Nuestros productos no solo están elaborados con ingredientes nobles, 100% naturales y biodegradables sino que además investigamos y desarrollamos productos con plantas nativas de nuestra región y de toda la Argentina. 

Años de vida del emprendimiento: 3 años.

1.¿Qué te motivó a emprender?

«Me considero emprendedora desde pequeñita, siempre me gustó el arte, la danza, la música… y por lo general, o son espacios alternativos o hay que seguir un camino específico para trabajar de eso, así que siempre me la he rebuscado, por ejemplo dando clases. Gaia específicamente nació de un momento de reflexión sobre mi actividad laboral, ya que trabajaba en una empresa que internamente no me hacía sentir bien.

Quería cambiar de trabajo pero tampoco tenía muy en claro qué quería hacer, así que un día me senté a escribir mis intenciones de una manera clara y salió lo siguiente: ”quiero tener un trabajo que me permita ayudar a los demás, que me haga sentir bien, que no lastime ni genere conflictos o problemas a nadie y que me permita satisfacer mis necesidades de persona adulta”. Al poquito tiempo apareció Gaia y creo que esto no fue casual sino causal.» 

2. Quizás existió algún que otro día difícil ¿Qué te mantuvo enfocada? ¿Qué aprendiste de esos momentos?

«Emprender es una cuestión que te invita constantemente a ciertos cambios y sabemos que antes de cada cambio, está la crisis. Y la verdad es que he tenido varias crisis y todas me han llevado hacia mi misma. Creo que lo más importante y lo que me ha mantenido enfocada ante esas situaciones complejas, es darme cuenta que nada es personal, que todo tiene una razón de ser y que si tenés ganas de animarte, emprender es un desafío en sí mismo. Te invita todo el tiempo a verte, a vencer miedos y superar creencias limitantes para luego trascender fronteras.»

Mi mayor aprendizaje hasta ahora ha sido confiar en mí y sentirme agradecida por cada paso dado.   

3. ¿Cómo ves el rol de las tucumanas en el ecosistema emprendedor local?

«De unos años a esta parte, la presencia de las emprendedoras comenzó a ser cada vez más importante. Las mujeres tucumanas, de todas las edades, se animaron a crear su propio trabajo. Aunque todavía creo que la mujer no ocupa los espacios que realmente puede ocupar.

Me sigue haciendo ruido que por momentos parezca que la mujer emprendedora es solo la que teje, la que hace artesanías, la que pinta, como si ese fuese el único lugar a ocupar, y ojo que no está mal, está muy bien solo que en estos espacios de emprendedurismo sigue habiendo puntos en los que se debe crecer.»

4. ¿Hubo otres emprendedores que te ayudaron a marcar el camino? ¿Querés contarnos quiénes?

«Xinca Eco Shoes es una empresa que me deslumbra, me fascina todo lo que hace y creo que ellos despertaron un gran interés en mí en lo que a triple impacto se refiere. Al mismo tiempo, el año pasado pude conocer a muches emprendedores de PROESUS quienes acrecentaron aún más mi amor por emprender y me ayudaron a entender el valor que tenía lo que estaba haciendo.» 

5. ¿Qué les dirías o cómo crees que podemos empoderar a otras mujeres para que se animen a convertir sus proyectos en ideas de negocio?

«Creo que lo importante para empoderar tiene que ver con esto de creer y de confiar. Nuestra sociedad tiene estandarizado que una mujer confiando en sí misma, es mejor que no suceda. Para mi la mujer tiene una fuerza interna y una capacidad de ponerse en el lugar de los demás que le permite tener visión e ideas, para luego crear y con muy poco hacer mucho. También les diría que es importante dejarse ayudar y que cuando no se sabe, es mejor aprender a pedir ayuda.»

6. ¿Qué le dirías a la Silvina anterior a Gaia?

«Muchas cosas… pero sobre todo, le diría que realmente siempre hay segundas oportunidades (y terceras y cuartas y quintas) y que está muy bien que siga a su corazón. Ese corazón sabe y aunque quizás no lo vea hoy… lo que se viene va a ser increíble.»

Si bien el Día Internacional de la Mujer Emprendedora (19 de Noviembre) fue ayer, en DRIMCOM decidimos tener nuestra Semana de la mujer emprendedora para visibilizar en profundidad el trabajo que llevan a cabo seis emprendedoras cuyos proyectos han pasado por la Incubadora de impacto.

En la primera entrega, Guadalupe de Kurmi Cosmética Natural nos permitió conocer un poco sobre sus productos elaborados con materia prima agroecológica de forma ética. En esta segunda entrega el turno es de Catalina, quien forma parte de un gran equipo de trabajo como lo es «Proyecto Hormiga».

* FICHA TÉCNICA *

Nombre (o cómo te guste que te llamen): Catalina

De dónde sos: De Mendiolaza, Córdoba

Nombre y actividad principal de tu emprendimiento: La Cooperativa de trabajo Proyecto Hormiga se dedica a la gestión y tratamiento de los residuos verdes y orgánicos a través de la producción y comercialización de bioinsumos agroecológicos.

Años de vida del emprendimiento: 2 años

1.¿Qué te motivó a emprender?

«Digamos que emprender, me encontró… no es algo que busqué. Venía con ciertos temores sobre lo que significa y lo que se pone en juego al emprender. Mis viejos emprendieron y aunque les fue bien, también recuerdo momentos duros (sueldos, cheques, números, viajes, etc.) como el que pasamos en el año 98’ cuando de repente todo se cayó por un barranco, la empresa se fundió, la familia sufrió la angustia de la situación y el punto es que no terminó ahí.

Hubo que re comenzar la aventura una y otra vez en el 99’, en el 2000, en el 2001. La mesa de 5 niñxs se alimentó por un tiempo con los programas jefa y jefe de hogar. ¡Ojo! Un programa con altos costos de precarización y ausencias.

Al tiempo consiguieron estabilizar nuestro escenario, mi vieja docente encontró su espacio de práctica y carrera profesional y mi viejo siguió emprendiendo pero en una Argentina más estable, en un país que apostaba por el comercio interno.

Entonces, si me preguntás ¿qué me motivó a emprender? Este proyecto, Proyecto Hormiga, mi compañero (emprendedor de pura cepa), lxs compañerxs, mis vecinxs. Un gran combo que me ayudó a soltar miedos, dejar atrás algunos prejuicios y largarnos a emprender.»

2. Quizás existió algún que otro día difícil ¿Qué te mantuvo enfocada? ¿Qué aprendiste de esos momentos? 

«Un momento difícil para mí fue trabajar en relación de dependencia, cumplir horas sin un objetivo claro y con un sueldo que no llegaba a los 400 dólares. Tener que sacarme leche en el baño de una estación de servicio y atender a personas que con actitud violenta nos hacían creer que el empleado estatal está para “fumarse” cualquier problema. ¡Todo eso, sí que fue difícil! No te voy a negar que emprender un proyecto con impacto ambiental positivo y sin una inversión de capital inicial fue, es y será complejo.

«Lo ambiental” no tiene un costo económico definido, ni tampoco una agenda política clara que se traduzca en los presupuestos oficiales. Trabajar con la basura, con los residuos, con lo que la sociedad desecha es difícil, sobre todo si tenemos en cuenta que son los trabajadores precarizados, y en su mayoría sin representación, quienes se hacen cargo en gran medida de la basura de las urbes. La lucha de los cartoneros es simbólica y sumamente clasificadora, experiencia que, como muchas otras, me ha mantenido enfocada.

En cuanto a los aprendizajes, es importante que no nos gane la ansiedad, porque poner sobre la mesa la no sostenibilidad de este estilo de consumo, no es moco de pavo. Hay muchísimas luchas dándose en el subsuelo de la patria y Proyecto Hormiga busca cumplir un rol de anclaje territorial para las demandas sociales.»

3. ¿Cómo ves el rol de las cordobesas en el ecosistema emprendedor local? 

«Me parece clave la participación de los vecinxs en el territorio. Cordobesas y cordobeses ocupándose y produciendo en Córdoba. Así, es como veo posible que lo ambiental y lo económico se concilien en algún momento, porque habitar el espacio es clave. Y en esto el feminismo tuvo mucho que ver: la disputa de lo corpóreo, del hábitat, del alimento, la pulsión de la olla, la incorporación de lxs niñxs a las formas productivas… y me refiero a nuevas formas productivas, más humanas, donde un niñe pueda jugar y crear con otrxs mientras se planifica y se decide sobre el espacio que habitamos: qué comemos, cómo nos movemos, cómo trabajamos, cómo dialogamos, qué hacemos con nuestra basura… con un niñe al lado, la perspectiva siempre es otra.

Por otro lado, se habla de la incorporación de las cordobesas aunque en realidad es sólo la visibilización de algo que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo. Las cordobesas estuvimos, estamos y estaremos presentes en la dinámica de producción cordobesa, hacer foco sobre esto significa visibilizar espacios y territorios desconocidos para muches.»

4. ¿Hubo otres emprendedores que te ayudaron a marcar el camino? ¿Querés contarnos quiénes? 

«Ufff siii! Mis compas! Mi compañero Juan Pablo Moreno que, emprendiendo, me lleva a lugares desconocidos como lo es Proyecto Hormiga y la maternidad jajaja. Sebastián García, el visionario de Unquillo, quien me enseñó a ver en los problemas, una solución. El Facu, Kike, Pablo, Ariel, Diego, Anita, Joel, Nico y Fabi, compañerxs que le ponen todos los días, el cuerpo y el corazón a este proyecto. No puedo dejar de nombrar a les niñes que también se la bancan y son, en parte, el motor de todo esto: Olivia, Renata, Emi, Agus, Amaru, Vito, Milo ¡gracias!

Este camino no ha sido fácil, lograr decisiones conjuntas es una gran tarea ya que siempre hay diversas opiniones y algunas idas y vueltas. A veces se vuelve hasta doloroso, porque cuando se decide individualmente una puede mentirse sobre los motivos, pero cuando está presente la opinión del otre eso influye en nuestros pensamientos. Hoy en día siento cada vez más sinceras nuestras asambleas y aunque puede que la toma de decisiones nos demore un poquito más, al final de cuentas eso termina identificándonos y hace del proyecto, algo único.»

5. ¿Qué les dirías o cómo crees que podemos empoderar a otras mujeres para que se animen a convertir sus proyectos en ideas de negocio? 

«Solo les diría que sientan y que comiencen con algo que realmente las movilice, que les de placer y que disfruten, que sea eso que las interpela y las haga salir de la famosa zona de confort. Les diría también, que está bien que sean como son (de verdad ¡está bien!). Aprendan a valorar sus tiempos, el capitalismo y el patriarcado son un sistema que intentará pujar para posicionar cualquier emprendimiento de mujeres a un bajo costo. Debemos valorar nuestra vida y nuestro tiempo.

Finalmente, sería importante recordarles que detrás de todo siempre hay un entramado social, que los logros no son resultados individuales y que ese colectivo es el que realmente nos sostiene. Muy pocas veces es el estado y es por eso, que necesitamos luchar porque ese tejido social sea cada vez más fuerte.»

6. ¿Qué le dirías a la Catalina anterior a Proyecto Hormiga? 

«Nada, simplemente creo que todo es un proceso necesario y si hoy estoy acá, es gracias a esa Cata del pasado, llena de miedos e inseguridades. Así que, ¡gracias!»

Un reporte del 2018 de Global Entrepreneurship Monitor señala que en Argentina las mujeres representan un poco más del 40% de la fuerza emprendedora nacional. Datos que se refuerzan con otro informe, también de 2018, de la Asociación de emprendedores de Argentina (ASEA) que revelaba que un 39% de las mujeres encuestadas analizaba la posibilidad de emprender en los próximos seis meses.

En 2019 la Cámara Argentina de la Mediana Empresa reveló que «detrás del 36,7% de las pymes hay una mujer propietaria». Y si bien los números son necesarios, aunque fríos, solo nos dan un breve panorama de cómo, paso a paso, las mujeres, lesbianas, travestis y trans están ocupando espacios dentro del mundo emprendedor.

Por eso en el Día Internacional de la Mujer Emprendedora (19 de Noviembre) le hicimos seis preguntas a seis emprendedoras argentinas para conocer, de primera mano, un poco más sobre sus experiencias y realidades. Con esta primera entrega, le damos inicio a nuestra semana de la mujer emprendedora, en la que vamos a compartirles todos los días una historia diferente sobre las protagonistas de proyectos que pasaron por nuestra Incubadora.

Hoy es el turno de Guadalupe de Kurmi Cosmética Natural.

* FICHA TÉCNICA *

Nombre (o cómo te guste que te llamen): Guada (mamá, jardinera y emprendedora)

De dónde sos: Nací en Catamarca, pero vivo en Córdoba de pequeniña.

Nombre y actividad principal de tu emprendimiento: Mediante un enfoque de trabajo cooperativo y feminista, elaboramos productos de cosmética natural y elementos para el cuidado. Empleamos materia prima agroecológica de forma ética, cuidando el entorno y las relaciones que establecemos tanto con nuestres consumidores como con nuestres proveedores.

Años de vida del emprendimiento: Kurmi Cosmética Natural nació en 2011 después de un encuentro de mujeres en San Marcos.

1.¿Qué te motivó a emprender?

«Creo que se trata de algo que traigo conmigo desde muy chiquita y que se basa en el deseo de la autosuperación. Con Kurmi venía trabajando en un proyecto autogestivo de alimentación macrobiótica y después de un encuentro de mujeres en San Marcos en el que me acerqué a la medicina, al mundo de los aceites esenciales y a cómo llevarlos a nuestra piel y a nuestras cuerpas, definí que ese podía ser uno de los caminos que me gustaría transitar para compartir mis experiencias y mi vida con los demás.»

2. Quizás existió algún que otro día difícil ¿Qué te mantuvo enfocada? ¿Qué aprendiste de esos momentos?

«Pfff, sí que los hubo. Como dije antes, soy madre, en este momento atravesando una situación de violencia familiar bastante compleja, así que hay miles de días difíciles. Pero las ganas de autosuperarme y de mostrarle a mi hija que se puede crear un mundo distinto, son el motor que me mantiene enfocada. Quiero que ella sepa que el trabajo no tiene porqué ser una relación de sufrimiento o esclavización, una connotación que ya es histórica, sino que el mundo del emprendimiento sobre todo desde una mirada colectiva para mí representa otra cosa.

Para mí la capacidad de materializar la organización colectiva y generar nuevas fuentes de trabajo justo que sean responsables con todes los que participen (incluyendo en eso a la pachamama que nos contiene y nos alimenta) es fundamental. Desde pequeña supe que yo no quería trabajar en un sistema que explotara no solo a los humanos sino a la tierra, pero que sí quería trabajar en cosas que me gusten, que cuiden a la tierra y que le hagan bien a otras personas.

Hace poco yo hablaba en voz alta sobre unos productos que tenía que elaborar para cobrar un dinero y pagar x cosa, y mi hija me preguntó, pero… ¿vos hacés Kurmi para tener dinero? ¿no lo hacés porque te hace feliz? y yo solo pude pensar en que ella lo había entendido todo.»

3. ¿Cómo ves el rol de las cordobesas en el ecosistema emprendedor local?

«Siento que es un rol que se está desarrollando, un rol contemporáneo en descubrimiento. Es cooperativo de colaboración mutua. En Kurmi comprendemos que no solo somos mujeres emprendedoras, u hombres emprendedores, somos muches más, y es momento de incluirles.

En ese rol supongo que buscamos ser de alguna manera ejemplo, y no desde lo académico, sino desde el punto de vista de quienes se permiten hacer lo que sueñan ¡y que eso se puede!. A veces se puede solo, sola o sole, pero siempre es mucho mejor si lo hacemos en colectivo. Esa colectividad permite que en conjunto se pueda lograr, porque a veces no basta con las ganas, hacen falta recursos, capacidad productiva, cultural, creativa y financiera.

El rol de les emprendedores cordobeses es poder activar el colectivo para que todes quienes desean emprender puedan hacerlo. El rol es compartir nuestra experiencia para poder crecer en conjunto.»

4. ¿Hubo otres emprendedores que te ayudaron a marcar el camino? ¿Querés contarnos quiénes?

«En general siempre han sido super super mujeres. La primera es mi mamá, alta guerrera de arte, la justicia y el amor. Y además mis amigas hermanas, la Nay (colega, madre y emprendedora) que es productora de ropa en Divina Madre Tierra y que siempre estuvo ahí acompañando en esto de maternar y ser emprendedora. Majo, de Alquimias salvajes, tremenda colega cosmetóloga del equipo local. La Sole, de Patio Mundo, también, una increíble crack.

Puedo decir que por suerte en mi camino se han cruzado personitas poderosas y todas ellas con una capacidad de gestionarse en red destacable.»

5. ¿Qué les dirías o cómo crees que podemos empoderar a otras mujeres para que se animen a convertir sus proyectos en ideas de negocio?

«Lo primero que le puedo decir a otres mujeres, lesbianas, travestis y trans que quieran emprender es que la salida es colectiva. Que emprender es un viaje de ida… que se permitan dudar y ponerse en jaque, que se organicen en colectivo, que no tengan temor a preguntar ni a equivocarse porque es una muy bonita forma de aprender. Y sobre todo, les diría que no están soles. Que somos un montón y que un tropezón no es caída.

Ah y también les diría ¡Qué tranqui! que tenemos mucho tiempo, que respiren las ideas (y varias veces).»

6. ¿Qué le dirías a la Guadalupe anterior a Kurmi?

«Si lo pienso le preguntaría por qué eligió cosmética, un rubro que es tan difícil de habilitar y legalizar jajaja aunque lo cierto es que mi deseo de poder compartir lo que me pasa con las plantas es más grande (y con las plantas me pasan un montón de cosas). Así que a la Guada de antes solo le diría: Dale, que es por ahí. Equivocate, seguí, juntate, volvelo hacer, pero dale que es por ahí. Tranquila que todo llega a su tiempo.«