Como conseguir el apoyo de tus padres a tus sueños como emprendedor

¿Decidiste que querés ser un emprendedor? Ahora sólo tenes que convencer a tus padres.

En mi anterior post de por qué fracasan las empresas, uno de los apartados consistía en no tener el apoyo suficiente, tanto de la pareja como también de la familia. Se debe conocer que las empresas siempre tendrán altibajos, y es en la parte inferior de esa montaña rusa en donde uno necesitará varios hombros donde apoyarse y de donde sacar fuerzas.

Considero que la juventud es uno de los mejores momentos que se tiene para emprender. Uno no posee hijos, hipoteca y se puede pensar de que a lo sumo, si todo va mal, hay que sacudirse el polvo, conseguir un trabajo y volver a intentarlo. Además a esa edad se tiene una mayor capacidad de resistir ciertos embates económicos, incluso se tolera el seguir o volver a vivir con los padres si no se puede pagar el alquiler. El no poder comprar o cambiar el auto o el no tener grandes vacaciones no se perciben como un sufrimiento inaguantable, es más, es considerado como lo standard, algo que quizás luego de los 35 cuesta más aceptar o soportar.

Le agrego a lo anterior que las carreras tradicionales se encuentran atravesando un período de crisis, ya que no bastan como garantía de estabilidad económica. Con el aumento considerable de la competencia y la especialización de cada rama profesional, emprender no parece tan arriesgado. Pero no muchos padres lo consideran de esa manera.

Los padres conocen que emprender es un camino difícil en cuestiones económicas, horas de sueño y dedicación exclusiva. También saben que si la cosa funciona mal, puede generar una deuda que tendrá que ser paliada en el futuro y no de manera sencilla. Los padres quieren lo mejor para sus hijos, y es por eso que la pregunta que se les cruza por la mente es: ¿No deberías terminar la universidad o encontrar un trabajo que te guste y pague bien, en lugar de emprender?

Sea como sea, al momento de tener que charlar con ellos, hay algunas cosas que puedo recomendar desde mi experiencia personal y también otras leídas en este artículo.

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Ser honesto al 100%
Lo mejor es poder tener una charla abierta y franca con ellos. En la que puedas explicar tu decisión y fundamentarla. Uno de los primeros clientes a quienes deberás conquistar con la idea son ellos. Lo peor de todo, es que te conocen bien, por lo que sabrán cuando les estés inventando el resto de la historia o cuando no hayas pensado de antemano las respuestas a sus preguntas.

Preparación.
Como pasa en todo emprendimiento, uno no puede ser un improvisado en esto. Se debe poder comentar el plan de negocio, la visión a futuro y cuales serán los pasos necesarios para lograr todo lo planeado. Conocer qué puede salir mal, qué se debe hacer en esos casos, poder detallar el mercado, quienes son nuestros clientes y qué nos diferenciará de posibles ingresantes. No tenes solo qie comentar lo que te gustaría tener o como será tu futura oficina..
He escuchado a mucha gente decir que soltaría todo y pondría un restaurante o bar, pero nunca se han sentado realmente a pensar cuanto les costaría, cuáles son los trámites que deben realizar para conseguir las habilitaciones y permisos, o ni siquiera conocen la rentabilidad media del rubro.

Escuchar su punto de vista. Ellos tienen algo que tu no, más años y experiencias de la vida diaria.
Uno de mis errores (de los tantos que he tenido) es considerar de que ellos no sabían como era el mundo actual y que no entendían como funcionaban las cosas en el siglo XXI.
Su capacidad de tener otros puntos de vista, de poder aconsejar precaución con algunos puntos o querer que uno tome todos los recaudos existentes, son observaciones a tener en cuenta. El dicho dice que el diablo sabe más por viejo, que por diablo.

Hace poco uno de mis principales clientes decidió terminar la relación comercial y agradecí eternamente haber escuchado a mi padre y haber redactado un contrato comercial que cubriera esa circunstancia, algo que al principio de la relación comercial parecía tan lejano e impensado.

Para sumar algunas recomendaciones más a las escritas anteriormente, en este artículo ponen 9 consejos para el momento cuando se decide tener «la charla» con los padres, y me parece bueno agregarlas.

No poner Facebook, Apple o Twitter como ejemplo de empresas donde sus dueños largaron todo y se dedicaron de lleno a crear una gran compañía. Ellos saben que son la excepción y no la regla.

No minimizar futuros problemas. Cuando ellos te preguntan o te plantean situaciones complicadas intentan hacerte ver de que la mayoría de las empresas fracasan y quieren saber qué harías cuando los problemas lleguen, y además, si conocés que los problemas llegarán.

Para cerrar, si estás decidido a hablar con ellos, hay que hacerlo con entusiasmo y pasión, para que ellos también vean la motivación que tu sueño te genera, que sepan que no es un capricho generado por una reciente película, sino un estilo de vida que quieres abrazar. Y no te olvides, ellos te conocen muy bien.

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