Hace años que con Diciembre llegan dos tareas importantes, hacer un balance del año y el establecer por escrito nuestras metas anuales, algo que cuando nos lo plantearon nos pareció una «tontería», algo que en 5 minutos lo podíamos hacer y que no aportaría nada a nuestras vidas diarias. ¡Cuan equivocados estábamos!

Si queremos alcanzar nuestros objetivos para el 2014, creemos que existen algunos pasos para lograrlo. Lo primero es decidir tomarse un tiempo para poder pensar en lo que queremos para el año. Tenemos que cerrar Facebook, sentarnos con un café o salir de nuestro hogar para estar listos para hacerlo.

Lo segundo es escribir 5 objetivos que quiere para el año, no 4, no 6, solo 5.

¿Fácil, no? No, la tarea será escribirlos de manera completa. Nada de «Facultad, Profesión, Familia, Amigos, Cuerpo«. Si nuestro objetivo es «Facultad», debemos poner la cantidad de materias que nos gustaría cursar, cuales son las que nos gustaría rendir, en qué turnos creemos lo podemos hacer, etc.

Lo mismo si ponemos Familia como objetivo, debemos poner lo qué queremos de manera clara y concreta. No sirve poner: «mejorar nuestra relación, visitarlos seguido, etc«, debemos pensar y establecer bien qué queremos. Si nos gustaría pasar todos los fines de semanas con ellos, 2 al mes, irnos de vacaciones, hablar por teléfono con ellos todos los días, etc.

anotador y lapicera

Lo tercero es ordenarlos por prioridad, y aquí tomarnos el tiempo para ser honestos con nosotros mismos. Establecer qué haremos cuando tengamos un fin de semana libre, si lo utilizaremos para estudiar, para dedicárselo a nuestro proyecto, a amigos, a nuestro cuerpo, etc. Esto que parece sencillo es uno de los puntos fundamentales, ya que muchas veces nos desviamos de nuestros objetivos y no nos damos cuenta el por qué y acá estableceremos qué haremos con nuestros momentos libres.

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En algún momento llegaremos a un punto en que no sabemos qué hacer. A lo largo del tiempo hemos transitado varios caminos y tropezado algunas veces. La mochila carga ya con algunos éxitos y varios fracasos.

Este post es para cuando ese momento llega.

No alargamos la narrativa para poder hacer honor al titulo del post. Queremos compartir dos videos que pueden generar un par de preguntas y comenzar a abrir la curiosidad, para que eso que teníamos dentro (y que nos hacía movernos) vuelva a resurgir.

El 1ro es un video de 3 minutos solamente, pero que se mastica lento

Pueden verlo varias veces si quieren, nosotros lo hicimos.

Una de las frases que quedó rebotando en nuestra cabeza es que muchas veces nos encontramos haciendo cosas que no nos gustan para mantener una vida que consiste en hacer cosas que no nos gustan. Es ahí donde debemos retomar la pregunta inicial, ¿Qué nos gustaría hacer si el dinero no importara? ¿Qué es lo que realmente queremos hacer?

¿Que es lo que deseamos?

El 2do video es de 10 minutos, y de digestión ligera

Espero se puedan tomar 15 minutos para verlos y empiecen a hacer cosas que aman.

¿Decidiste que querés ser un emprendedor? Ahora sólo tenes que convencer a tus padres.

En mi anterior post de por qué fracasan las empresas, uno de los apartados consistía en no tener el apoyo suficiente, tanto de la pareja como también de la familia. Se debe conocer que las empresas siempre tendrán altibajos, y es en la parte inferior de esa montaña rusa en donde uno necesitará varios hombros donde apoyarse y de donde sacar fuerzas.

Considero que la juventud es uno de los mejores momentos que se tiene para emprender. Uno no posee hijos, hipoteca y se puede pensar de que a lo sumo, si todo va mal, hay que sacudirse el polvo, conseguir un trabajo y volver a intentarlo. Además a esa edad se tiene una mayor capacidad de resistir ciertos embates económicos, incluso se tolera el seguir o volver a vivir con los padres si no se puede pagar el alquiler. El no poder comprar o cambiar el auto o el no tener grandes vacaciones no se perciben como un sufrimiento inaguantable, es más, es considerado como lo standard, algo que quizás luego de los 35 cuesta más aceptar o soportar. Leer más

Siguiendo del post anterior, continúo con las razones por las que considero que normalmente las empresas fracasan, en este caso:

Los socios

Contar con socios cuando puede prescindirse de ellos

Es como decir, antes solo que bien acompañado. Los emprendedores suelen asociarse siempre las primeras veces que emprenden, pero la mayoría de los que ya tienen varios emprendimientos, no se asociarían a menos de ser extremadamente necesario. Leer más

Esta es la segunda parte de la nota que comienza en este post:

La idea

Existen emprendedores al estilo Gollum, que creen que la idea que tienen es su pequeño tesoro y por lo tanto no la cuentan, no la comparten, por miedo a que se la roben. ¡Lo peor que pueden hacer es guardarse las cosas! Las ideas hay que comentarlas, contrastarlas con las opiniones de allegados, con la de gente mas metida en el tema, con posibles compradores o usuarios, para ver si están de acuerdo, para que hagan aportes a la idea original, para que en definitiva les permita validar lo que ustedes creen. Leer más

Les comparto una charla que me invitaron a dar hace unos meses. Aquí su transcripción y algunas ideas que no entraron en el tiempo que tenía para exponer. Para hacerlo un poco mas legible, divido el post en tres partes, todas con un alto de grado de importancia, tratando los principales factores por los cuales las empresas fracasan: el emprendedor, la idea y los socios.

Argentina es uno de los países con mayores niveles de emprendedurismo a nivel mundial, pero lo que los números no dicen que 9 de cada 10 empresas argentinas ya no existen al primer año, y solo el 3% pasa los 3 años. Sin embargo hace años que escucho a todo el mundo hablar de lo que se debe hacer para triunfar.

Me he cansado de leer libros y artículos que hablan de lo que se necesita para ser un emprendedor, como hacer un canvas, como hacer un balance, los secretos de Steve Jobs, las 12 reglas de tal y etc etc etc. Pero son casi inexistentes los libros que hablen de por qué fracasan las empresas y al parecer, al menos estadísticamente, tenemos para hacer dulce. Leer más

Puede parecer un titulo elegante, pero en los primeros días de crear una empresa, no lo es para nada.

Hace poco, en una reunión, un chico nuevo en el grupo dijo que también quería ser Director de una empresa.

Al finalizar la reunión todos salimos a tomar algo, por lo que aproveché a preguntarle si realmente sabía lo que eso significaba. Él me retrucó la pregunta y me pidió que yo le contestara, ya que era el CEO de mi compañía, y me preguntó cómo se convertía en uno.

Owch… los títulos solamente se ponen, y en una compañía que está arrancando en realidad no significan nada, incluso solo crean la ilusión en el mundo de que has tomado cierto rol en la compañía. La verdad es que si yo tuviera que poner mi título actual, sería algo como esto:

Paolo Bianciotti.- Diseñador junior, Gerente de marketing, Gerente de Relaciones Públicas, Redactor, Gerente de Producto, Asistente, Experto en Desarrollo Comercial, Conserje, Coordinador de eventos, Gerente de Recursos Humanos, Investigador, Analista, Planificador Estratégico, Director Financiero, Secretario, etc

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