Emprendedoras cordobesas que ponen sobre la mesa la no sostenibilidad del estilo de consumo actual

Si bien el Día Internacional de la Mujer Emprendedora (19 de Noviembre) fue ayer, en DRIMCOM decidimos tener nuestra Semana de la mujer emprendedora para visibilizar en profundidad el trabajo que llevan a cabo seis emprendedoras cuyos proyectos han pasado por la Incubadora de impacto.

En la primera entrega, Guadalupe de Kurmi Cosmética Natural nos permitió conocer un poco sobre sus productos elaborados con materia prima agroecológica de forma ética. En esta segunda entrega el turno es de Catalina, quien forma parte de un gran equipo de trabajo como lo es «Proyecto Hormiga».

* FICHA TÉCNICA *

Nombre (o cómo te guste que te llamen): Catalina

De dónde sos: De Mendiolaza, Córdoba

Nombre y actividad principal de tu emprendimiento: La Cooperativa de trabajo Proyecto Hormiga se dedica a la gestión y tratamiento de los residuos verdes y orgánicos a través de la producción y comercialización de bioinsumos agroecológicos.

Años de vida del emprendimiento: 2 años

1.¿Qué te motivó a emprender?

«Digamos que emprender, me encontró… no es algo que busqué. Venía con ciertos temores sobre lo que significa y lo que se pone en juego al emprender. Mis viejos emprendieron y aunque les fue bien, también recuerdo momentos duros (sueldos, cheques, números, viajes, etc.) como el que pasamos en el año 98’ cuando de repente todo se cayó por un barranco, la empresa se fundió, la familia sufrió la angustia de la situación y el punto es que no terminó ahí.

Hubo que re comenzar la aventura una y otra vez en el 99’, en el 2000, en el 2001. La mesa de 5 niñxs se alimentó por un tiempo con los programas jefa y jefe de hogar. ¡Ojo! Un programa con altos costos de precarización y ausencias.

Al tiempo consiguieron estabilizar nuestro escenario, mi vieja docente encontró su espacio de práctica y carrera profesional y mi viejo siguió emprendiendo pero en una Argentina más estable, en un país que apostaba por el comercio interno.

Entonces, si me preguntás ¿qué me motivó a emprender? Este proyecto, Proyecto Hormiga, mi compañero (emprendedor de pura cepa), lxs compañerxs, mis vecinxs. Un gran combo que me ayudó a soltar miedos, dejar atrás algunos prejuicios y largarnos a emprender.»

2. Quizás existió algún que otro día difícil ¿Qué te mantuvo enfocada? ¿Qué aprendiste de esos momentos? 

«Un momento difícil para mí fue trabajar en relación de dependencia, cumplir horas sin un objetivo claro y con un sueldo que no llegaba a los 400 dólares. Tener que sacarme leche en el baño de una estación de servicio y atender a personas que con actitud violenta nos hacían creer que el empleado estatal está para “fumarse” cualquier problema. ¡Todo eso, sí que fue difícil! No te voy a negar que emprender un proyecto con impacto ambiental positivo y sin una inversión de capital inicial fue, es y será complejo.

«Lo ambiental” no tiene un costo económico definido, ni tampoco una agenda política clara que se traduzca en los presupuestos oficiales. Trabajar con la basura, con los residuos, con lo que la sociedad desecha es difícil, sobre todo si tenemos en cuenta que son los trabajadores precarizados, y en su mayoría sin representación, quienes se hacen cargo en gran medida de la basura de las urbes. La lucha de los cartoneros es simbólica y sumamente clasificadora, experiencia que, como muchas otras, me ha mantenido enfocada.

En cuanto a los aprendizajes, es importante que no nos gane la ansiedad, porque poner sobre la mesa la no sostenibilidad de este estilo de consumo, no es moco de pavo. Hay muchísimas luchas dándose en el subsuelo de la patria y Proyecto Hormiga busca cumplir un rol de anclaje territorial para las demandas sociales.»

3. ¿Cómo ves el rol de las cordobesas en el ecosistema emprendedor local? 

«Me parece clave la participación de los vecinxs en el territorio. Cordobesas y cordobeses ocupándose y produciendo en Córdoba. Así, es como veo posible que lo ambiental y lo económico se concilien en algún momento, porque habitar el espacio es clave. Y en esto el feminismo tuvo mucho que ver: la disputa de lo corpóreo, del hábitat, del alimento, la pulsión de la olla, la incorporación de lxs niñxs a las formas productivas… y me refiero a nuevas formas productivas, más humanas, donde un niñe pueda jugar y crear con otrxs mientras se planifica y se decide sobre el espacio que habitamos: qué comemos, cómo nos movemos, cómo trabajamos, cómo dialogamos, qué hacemos con nuestra basura… con un niñe al lado, la perspectiva siempre es otra.

Por otro lado, se habla de la incorporación de las cordobesas aunque en realidad es sólo la visibilización de algo que viene ocurriendo desde hace mucho tiempo. Las cordobesas estuvimos, estamos y estaremos presentes en la dinámica de producción cordobesa, hacer foco sobre esto significa visibilizar espacios y territorios desconocidos para muches.»

4. ¿Hubo otres emprendedores que te ayudaron a marcar el camino? ¿Querés contarnos quiénes? 

«Ufff siii! Mis compas! Mi compañero Juan Pablo Moreno que, emprendiendo, me lleva a lugares desconocidos como lo es Proyecto Hormiga y la maternidad jajaja. Sebastián García, el visionario de Unquillo, quien me enseñó a ver en los problemas, una solución. El Facu, Kike, Pablo, Ariel, Diego, Anita, Joel, Nico y Fabi, compañerxs que le ponen todos los días, el cuerpo y el corazón a este proyecto. No puedo dejar de nombrar a les niñes que también se la bancan y son, en parte, el motor de todo esto: Olivia, Renata, Emi, Agus, Amaru, Vito, Milo ¡gracias!

Este camino no ha sido fácil, lograr decisiones conjuntas es una gran tarea ya que siempre hay diversas opiniones y algunas idas y vueltas. A veces se vuelve hasta doloroso, porque cuando se decide individualmente una puede mentirse sobre los motivos, pero cuando está presente la opinión del otre eso influye en nuestros pensamientos. Hoy en día siento cada vez más sinceras nuestras asambleas y aunque puede que la toma de decisiones nos demore un poquito más, al final de cuentas eso termina identificándonos y hace del proyecto, algo único.»

5. ¿Qué les dirías o cómo crees que podemos empoderar a otras mujeres para que se animen a convertir sus proyectos en ideas de negocio? 

«Solo les diría que sientan y que comiencen con algo que realmente las movilice, que les de placer y que disfruten, que sea eso que las interpela y las haga salir de la famosa zona de confort. Les diría también, que está bien que sean como son (de verdad ¡está bien!). Aprendan a valorar sus tiempos, el capitalismo y el patriarcado son un sistema que intentará pujar para posicionar cualquier emprendimiento de mujeres a un bajo costo. Debemos valorar nuestra vida y nuestro tiempo.

Finalmente, sería importante recordarles que detrás de todo siempre hay un entramado social, que los logros no son resultados individuales y que ese colectivo es el que realmente nos sostiene. Muy pocas veces es el estado y es por eso, que necesitamos luchar porque ese tejido social sea cada vez más fuerte.»

6. ¿Qué le dirías a la Catalina anterior a Proyecto Hormiga? 

«Nada, simplemente creo que todo es un proceso necesario y si hoy estoy acá, es gracias a esa Cata del pasado, llena de miedos e inseguridades. Así que, ¡gracias!»

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