¿Odias vender? Cómo superarlo y convertirse bueno en ello
No hay que preocuparse, el odio desaparecerá una vez que nos demos cuenta que vender no significa actuar como un vendedor.
Si algo asegura el fracaso, es la frase «odio vender», ya que nos costará muchísimo aprender algo que odiamos. Y si no podemos vender nuestras ideas, servicios o productos, a nuestro negocio le resultará muy difícil subsistir.
El problema principal es que muchos confunden el acto de realizar una venta (que a todos nos gusta) con el hecho de comportarse como un vendedor (que todos odiamos).
El vender significa ayudar a una persona a conseguir algo que quiere, a cambio de algo que quiere menos. El hecho de actuar como un vendedor es intentar manipular a alguien para que compre algo que no quiere o necesita.
Un ejemplo sencillo de esto es que poseamos una computadora que vale $1.000, prefiramos el efectivo y se la vendamos por ese precio a nuestro vecino. Es difícil que alguien odie eso.
Ahora supongamos que vamos a la casa de nuestro vecino, interrumpamos su comida, lo obliguemos a escuchar nuestro discurso de venta intentando que nos compre nuestro espectacular celular de última generación por el módico precio de $999.99 (liquidación solo por hoy). ¿Quién no odiaría esto?
En el ideal, las ventas surgirán de nuestra misma actividad. Los clientes llegarán porque uno de sus conocidos nos recomendó, o porque vieron nuestro sitio web o alguna publicación en una red social. En estos casos la venta simplemente surge de la misma conversación y poco hay para odiar en ello.
Suponiendo que nuestra actividad conlleva una actividad directa de venta, como podría ser la de hacer llamados para ofrecer un producto, lo mismo podemos evitar el actuar como vendedores, para esto, aquí algunas buenas prácticas:
- Evitemos llamar a grandes grupos de personas (actitud de vendedor). Realicemos comunicaciones sólo a aquellas personas que surjan del análisis para identificar aquellas quienes tienen interés en adquirirlo.
- En lugar de pensar el target como público objetivo de la venta a quienes debemos venderle un x numero por mes, entender que son personas con intereses, deseos y miedos.
- En lugar de decir todo el discurso de venta de memoria y rápido (hola, soy pamela y le hablo de tal lado yaqueustedhasido seleccionadocomobeneficiariodeun…), pasar a un escrito de venta generado de forma conversacional y donde los pasos puedan desarrollarse sin un orden rígido.
- En lugar de leer un libreto con tono de voz monótono y falseando el entusiasmo (ambas actitudes de vendedor), ensayar el guión tantas veces como sea necesario, hasta que cuando hagamos las llamadas suenen como si la estuviéramos improvisando mientras hablamos.
En otras palabras, hasta los vendedores profesionales deben odiar vender, si vender es comportarse como un vendedor de autos usados. Pero vender no es eso.
Si lo pensamos desde otro enfoque, alguna vez en nuestra vida nos hemos sentido entusiasmados cuando compramos algo. Quienes nos hayan brindado esa experiencia de compra seguramente no se comportaron como vendedores. Así que, ¿cómo podríamos odiar ofrecerle a alguien esa clase de experiencia?. Sólo debemos trabajar en ello, para alcanzar la manera en la que queremos hacerlo.
Si se desea profundizar en el tema, recomendamos la lectura del libro «Business Without the Bullsh*t» de Geoffrey James.
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