Llevar el registro de nuestro dinero, algo que todos deberíamos aprender
Hablar de economía, presupuestos, porcentajes y esas cosas no es lo más atractivo que hay en cuanto a lectura se refiere. Incluso, normalmente nosotros preferimos ver que hay de nuevo en Pinterest antes que esto, pero queríamos compartir algo que nos resulta muy útil en nuestra vida diaria, conocer donde se va nuestro dinero (sea cuanto sea).
Para esto necesitamos realizar un ejercicio bastante sencillo: anotar todo lo que gastamos; y sólo necesitamos un lápiz, papel o un celular que se haya fabricado en este siglo.
Cuando decimos anotar todo, es todo. Desde el alquiler y los gastos en el supermercado, hasta transporte, golosinas, propinas, e incluso dinero que perdimos. Si lo hacemos por un mes, nuestros hábitos de consumo empezarán a aparecer frente a nuestros ojos,
Lo esencial para construir una fortuna, es gastar menos de lo que generamos, bastante simple, ¿no?. Con este simple registro, podremos conocer nuestros gastos fijos, lo mínimo que necesitamos para llevar la vida que queremos, en qué estamos gastando más de lo que pensábamos, como podemos hacer lugar para conseguir cosas que queremos y qué gastos superfluos podemos eliminar con un poco de autocontrol. Conocer el problema es el primer paso para resolverlo.
Esto es, en esencia, hacer un presupuesto de gastos mensuales, y a medida que seguimos avanzando con el registro de nuestros gastos nos encontraremos que luego lo hacemos naturalmente sin esforzarnos. En ese punto también lograremos gastar conscientemente, ya que conoceremos cuanto podemos permitirnos en ciertos gastos y cuando nos estamos saliendo de nuestro presupuesto mensual.
Este ejercicio se aplica tanto a personas, como grupos familiares, e inclusive emprendimientos.
Registrar nuestros gastos será invaluable en el largo plazo. Solo tenemos que hacer la prueba. Pero ya podremos conocer nuestro gasto en salud anual, cuanto necesitamos para irnos de vacaciones (y cuanto deberíamos ahorrar por mes para tener las vacaciones soñadas) y cuantos gastos «innecesarios» tuvimos, además, quién no querría cambiar los hábitos después de darse cuenta que solo una salida, o todos esos taxis que tomamos por levantarnos tarde, hicieron que no llegáramos a fin de mes.
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